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Sevilla Roja

Cartas al Director

CARTA AL DIRECTOR. Desde Andalucía alzo mi VOZ

CARTA AL DIRECTOR. Desde Andalucía alzo mi VOZ

Desde Andalucía alzo mi VOZ
¿ Que puedo decir?. No en mi nombre la RENDICIÓN.
Cuando se ha nacido y crecido al lado de una Casa-Cuartel de la Guardia Civil en un pueblo y se ha jugado con los hijos de los funcionarios, se puede tener o mejor dicho se tiene otra apreciación de lo que por fuera se pensaba.
Pude entrar y salir en la Casa-Cuartel como niño con los hijos de los Guardia, mis amiguitos y pude observar ciertos abusos de la autoridad hacia ciudadanos que traían los guardias de servicio.
No entendía bien entonces el porque de aquel trato vejatorio y la retirada de la leña, aceitunas, garbanzos, u otros productos que traían en sus bicis tras haber pasado unas buenas horas en el campo recogiendo del suelo, lo que ya no se recogía.
Se les clasificaba de ladrones, cuan injusticia, recogían las sobras para dar de comer a sus familias, poderoso Capitalismo que tenia a los funcionarios del Estado a su servicio y contra el pueblo.
Afortunadamente cambiaron las cosas y los hijos de los que fueron maltratados por la Guardia Civil fueron convirtiéndose poco a poco en los nuevos funcionarios del estado de la Benemérita.
Otra circunstancia dolosa y repugnante fue ocasionando el derramamiento de sangre de esos hijos de trabajadores y campesinos andaluces, que si antes sufrieron del abuso de poder, luego soportaron el dolor y el sufrimiento de la perdida de su propia sangre en manos del terrorismo.
¿Por qué les castigo la vida doblemente?. Ciudadanos humildes que nacieron para sufrir antes por una causa injusta robar para comer y luego por otra de similar característica, sus hijos buscaban comer dignamente y el propio pueblo se ensañaba con ellos (Terrorismo) siendo los últimos del sistema.
El pueblo llano ha sufrido y derramado su sangre, funcionarios de cualquier orden, políticos y ciudadanos sin ninguna responsabilidad pública.
Todo debe acabar pero no con la ENTREGA de la LIBERTAD, antes deben pedir perdón, la memoria de tantos INOCENTES debe ser DIGNIFICADA.
En mi nombre Sr. Presidente del Gobierno no permito aborde ningún proceso de RENDICIÓN y ENTREGA de la LIBERTAD.

Antonio Pérez Vázquez

CARTAS AL DIRECTOR. 70 años del asesinato de Don José Calvo Sotelo

CARTAS AL DIRECTOR. 70 años del asesinato de Don José Calvo Sotelo

Señor Director:

Mucho se escribirá sobre el 70 aniversario del llamado “Alzamiento Nacional”. Pero lamentablemente, casi nadie hablará sobre los antecedentes o las causas que dieron origen a la guerra civil española. Para muchos, se señala a un solo culpable: Franco.
Resultaría interesante rescatar los discursos de los líderes políticos de la II República. Sobre todo los del PSOE, los anarquistas o los comunistas.
Por dar una idea de cómo estaba el ambiente en los días previos al 18 de julio de 1936, citaré una frase del líder del partido socialista Largo Caballero, conocido como el “Lenín español”, por sus discursos incendiarios: “La clase trabajadora tiene que hacer la revolución... Si no nos dejan, iremos a la guerra civil. Cuando nos lancemos por segunda vez a la calle (la primera vez fue en Asturias en 1934), que no nos hablen de generosidad y que no nos culpen si los excesos de la revolución se extreman hasta el punto de no respetar cosas ni personas”. Esta frase la pronunció en un mitin en Valencia el 2 de febrero de 1936, cinco meses antes del estallido de la guerra.
Otro ejemplo de la tensa situación prebélica en esos días, lo podemos recoger en el diario del Partido Comunista, "Mundo Obrero" del 23 de enero de 1936, en donde se puede leer la siguiente frase: ”Siempre hemos intentado formar un partido unido que no tuviera nada que ver, directa o indirectamente con la burguesía: un partido que adoptara como norma la insurrección armada para la conquista del poder y el establecimiento de la dictadura del proletario...”. Resumiendo, casi nadie recuerda que este era el tipo de discurso lanzado por los socialistas, anarquistas y comunistas durante la II República.
A quién afirma que las derechas fueron los únicos conspiradores en contra de un régimen republicano que surgió tras la victoria electoral indiscutible de los monárquicos en abril de 1931. Pero nadie recuerda que los primeros en conspirar contra la llamada “democracia republicana”, fueron los socialistas y los grupos de izquierda en el famoso levantamiento en Asturias en 1934. Asturias fue el primen intento de guerra civil, financiado en alguna medida por la extinta Unión Soviética, con un saldo de 1.325 muertos, 2.951 heridos, 935 edificios destruidos, y 122.561 armas decomisadas.
Hoy se pinta a la II República como un régimen democrático, de libertades. Pero nadie recuerda las quemas de conventos en 1931, nadie recuerda la persecución política, la censura a los medios de comunicación, con multas y cierres de decenas de periódicos por la aplicación de la llamada “Ley de Defensa de la República”, la cual impedía la libertad de expresión. Un caso muy famoso fue el del diario ABC, el cual fue cerrado, y a punto de ser confiscado por el gobierno republicano en 1931.
Casi nadie recuerda los asesinatos de curas, empresarios, o de gente vinculada a la llamada “derecha” (falangistas, monárquicos, conservadores, católicos, militares, etc.)
Casi nadie recuerda que entre 1931-1936, las huelgas eran el pan de cada día, con enfrentamientos, disturbios, atentados, en donde los anarquistas y los comunistas pusieron su grano de arena.
Casi nadie recuerda que en estos días se cumple el 70 aniversario del asesinato del diputado conservador, Don José Calvo Sotelo, quien era considerado como uno de los principales líderes del sector que enfrentaba a la amenaza de sovietización de la sociedad española en esos días, y que dicho asesinato, para algunos historiadores, fue la gota que derramó el vaso y dio pie a que un grupo de militares y de la sociedad civil, se levantará en armas en julio de 1936 para defender sus derechos, frente a los planes de un levantamiento revolucionario y sangriento en el mes de agosto de 1936.
El 16 de abril de 1936, ante los representantes del parlamento, Calvo Sotelo se levanta para responder a unas afirmaciones hechas ese día en el Congreso por Manuel Azaña, encargado de formar nuevo gobierno en la república tras el triunfo del Frente Popular (coalición de partidos de izquierda). Sotelo manifiesta: “El Señor Azaña recomendaba calma y no quiere la guerra civil. Todo eso, dicho a principios de marzo, hubiera podido sonar muy bien y ser aplaudido por muchos. Pero hablar de calma ahora, al cabo de varias semanas en que se puede decir que no existen en muchos puntos de España garantías de vida...; cuando por todas partes se sienten las amenazas y se oye gritar ¡Patria, no! ¡Patria, no!; cuando a los vivas a España se contesta con vivas a Rusia, y cuando se falta al honor del Ejército y se encarnecen las esencias de la Patria; cuando todo eso está ocurriendo durante seis, siete y ocho semanas, yo me pregunto: ¿Es posible tener calma? Envidio a su señoría, señor Azaña, por la muestra formidable de su temperamento frívolo.”
Para finalizar ese día su discurso, Calvo Sotelo señala: “Señor Azaña, no se puede jugar con la Historia. ¿Es que su Señoría no sabe que se están armando grupos de proletarios para dar el golpe el día que tengan los medios suficientes en su mano? ¿Es que su Señoría ha procurado evitar la introducción de armamentos con destino a fines comunistas en España?... nosotros tenemos que levantarnos aquí a gritar que estamos dispuestos a oponernos con todos los medios, diciendo que el ejemplo de exterminio, la trágica destrucción que las clases conservadoras y burguesas de Rusia vivieron, no se repetirá en España, porque ahora mismo si tal ocurriese, nos moveríamos a impulsos de un espíritu de defensa que a todos llevará al heroísmo, porque antes que el terror rojo...”
El 13 de julio de 1936, a las dos de la mañana fueron a buscar a Calvo Sotelo a su casa un Grupo de Asalto, en donde había pistoleros disfrazados de guardias, destacándose entre ellos Victoriano Cuenca, así como el militante de juventudes socialistas Santiago Garcés. El jefe del grupo era el capitán de la Guardia Civil Fernando Condés Romero. Tras llegar el grupo a la casa de Sotelo, le despiertan, y él al ver las intenciones de detención algo sospechosas, alega que dada su condición de parlamentario no podía ser detenido sin la previa aprobación de suplicatorio por parte del Congreso. Trató de comunicarse con la Dirección General de Seguridad pero los intrusos habían arrancado el hilo telefónico. Condés, mostrando su carné que le identificaba como capitán de la Guardia Civil, hizo que Sotelo cambiará de actitud, y más que no podía resistirse, pues los intrusos le advirtieron que tenía que seguirlos “por las buenas o por las malas”. Tras vestirse, se despidió de sus hijos y de su mujer que le insistía que no se fuera. Salió de su casa prometiéndole a su esposa que él telefonearía en breve “a menos que estos señores me peguen cuatro tiros”. Tras ser montado en un camión con letreros de “Dirección General de Seguridad”, al llegar al cruce de las calles de Velásquez y Ayala en Madrid, Victoriano Cuenca, que iba sentado detrás de el detenido, le acerco el cañón de la pistola a la nuca y disparó dos tiros. Condes quien, al ver a Sotelo muerto, ordena al conductor que se dirija al cementerio del Este, en donde descargaron el cadáver, indicando a los sepultureros que estaban de guardia, que era el de un sereno que habían encontrado muerto en la calle. Los empleados del cementerio dejaron el cadáver en el deposito.
La familia de Calvo Sotelo tras su detención se puso inmediatamente en movimiento, y desde la casa de unos vecinos, telefonearon a parientes, amigos y correligionarios, comunicándose con autoridades. Cuando averiguaron que no había sido cursada ninguna orden de detención, se sospechó lo peor, siendo localizado su cadáver en el deposito del cementerio.
Se podría decir que hay un autor intelectual del asesinato de Calvo Sotelo. Una base es ¿el por qué un capitán de la Guardia Civil tomase la iniciativa de secuestrar a un parlamentario para luego asesinarle?. Hay ciertos indicios que apuntan hacia Indalecio Prieto (líder de una rama del PSOE). Las autoridades habían intervenido sin demasiada energía para esclarecer el asesinato, practicándose algunos arrestos, tomándose declaraciones y se abrió un sumario. El 25 de julio, pocos días después de estallar la guerra, se presentó en el Palacio de Justicia una patrulla armada que sustrajo por la fuerza el sumario. Desde entonces los asesinos de Calvo Sotelo -tanto intelectuales como materiales- quedaron en libertad de movimiento.

Fernando González

CARTAS AL DIRECTOR. En Sevilla, se destruyen seres humanos para que nazca otro

Sr. Director:

Hace unos días ha nacido en el Hospital "Virgen del Rocío" de Sevilla el primer bebé que evita una enfermedad genética hereditaria en la sanidad pública española, gracias al diagnóstico genético preimplantatorio.
Esa noticia, así presentada, parece un gran logro para la sociedad. Pero, ¿qué sucedería si la contásemos de la siguiente forma?:
En la ciudad de Sevilla, tras manipular y asesinar un número indeterminado de seres humanos, se ha logrado crear, en laboratorio y con dinero público, una única persona sin una determinada enfermedad genética.
¡Cómo cambia la cosa!, ¿verdad?
Es escandaloso cómo se va instaurando un lenguaje que maquilla la realidad. Idioma que evita que nos demos cuenta de las barbaridades que, en nombre de la ciencia, se están realizando y que nos presentan, tocándonos la fibra sensible desde la curación de enfermedades apocalípticas, avances reprobables.
El diagnóstico genético preimplantatorio consiste en la creación de varios embriones, por tanto, de seres humanos, en el laboratorio. Tras analizarlos y ver ciertos parámetros, se seleccionan los "mejores dotados" y esos se implantan a la futura madre. Los sobrantes, según la reciente Ley de Reproducción Asistida, pueden ser eliminados vendiéndolos por partes o congelarlos.
¿Esto no huele a eugenesia?, ¿esto no es lo que hacían los alemanes para seleccionar un tipo de raza? Hablemos claro. El fin nunca justifica los medios.
De momento, sólo Andalucía destina fondos públicos para la realización de esta "técnica", aunque ya se están proliferando las voces que reclaman que este "ejemplo" se extienda al resto de las comunidades autónomas.
El apoyo mediático a este tipo de iniciativas está siendo patrocinado por clínicas que ven un negocio redondo en la creación de seres humanos a la carta, satisfaciendo los gustos de los padres, pero sin tener en cuenta que la manipulación del hombre puede originar engendros de los que luego ¿quién se hará responsable? No juguemos a ser dioses.

Juan Antonio Callejas Cano

CARTAS AL DIRECTOR. No dejemos que el Gobierno adoctrine a nuestros niños

Sr. Director:

Estoy convencido de que la clase obligatoria de Educación a la ciudadanía es una clase en la que se va a intentar que las ideas políticas que interesan a nuestros políticos actuales influyan y sirvan de base para nuestros niños desde su más tierna infancia y adolescencia.
Es lo que vulgarmente se conoce como adoctrinamiento político. Quieren lavar el cerebro de nuestros hijos para que piensen y actúen como ellos quieren. No sólo les sirve actuar durante estos años como les ha dado la gana, sino que quieren que todo el mundo actúe de una forma tan inmoral como ellos están actuando. Y no debemos dejar que esto suceda. Primero fue la detención ilegal de gente que se manifestaba en contra de sus caprichos, luego ha sido el estatuto de Cataluña que está enfrentando a toda España entre sí, luego el robo a cientos y cientos de personas que habían ahorrado su dinero tanto en Afinsa como en Forum, para poder tener una jubilación en condiciones, luego la ley de recuperación de la memoria histórica, la cual nos vuelve a enfrentar entre nosotros, dando categorías a los muertos de uno y otro lado, etc. Hay muchas más que hacen que este gobierno este lleno de despropósitos y que hacen que nos miren en el exterior de una forma que mejor no reproducir aquí. Y por último esto. No dejemos que esto suceda. La historia nos lo puede recordar cuando se ha intentado que esto suceda. Tenemos muchos casos que han acabado en guerras y sufrimientos. Dejémonos de payasadas y ofensas contra la determinación de que los padres decidan como quieren que se les eduque a sus hijos. Ya está bien.

Cándido Sáiz Marcilla